jueves, 25 de diciembre de 2008

¡Feliz Navidad 2008!




Natividad. Giotto (s. XIV)


Tiempo de reunión, ha nacido el Niño Dios, tiempo de esperanza.

 Feliz Navidad para todos y cada uno.







 

viernes, 3 de octubre de 2008

Música para octubre: Nicola di Bari

 
 
 
 
 
 
Mes de otoño, melancolía, serenidad... una música para comenzar octubre, bellísimo tema de Nicola di Bari, "Los días del Arco Iris"...merece la pena... no tiene edad...



LA LETRA EN ITALIANO
Preciosa, romántica, plena de sensibilidad...


Erano i giorni dell´arcobaleno
finito línverno tornava il sereno
E tu con negli occhi la luna e le stelle
sentivi una mano sfiorare la tua pelle
E mentre impazzivi al profumo dei fiori
la notte si accese di mille colore
Distesa sull´erba come una che sogna
giacesti bambina ti alzasti giá donna
Tu adesso ti vede grande di piú
sei diventata piú forte e sicura
é iniziata l'aavventura
Ormai sono bambine le amiche di prima
Che si ritrovano in gruppo a giocare
e sognano ancora su raggio di luna
Vivi la vita di donna importante
perché a sedici anni hai giá avuto un amante
E un giorno saprai che ogni donna é matura
all´epoca giusta e con giusta misura
e in questa tua corsa in con tro all´amore
ti lasci alle spalle il tempo migliore





martes, 23 de septiembre de 2008

La Cocina de Liza Lou




La cocina, Liza Lou.
Instalación presentada en la V edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de Lyon (2002)





La cocina (detalle) 


Liza Lou es una artista nacida en Nueva York en 1969. Visitó Italia a los 18 años y quedó maravillada con las obras maestras de la humanidad. Decidió después de este viaje construir una realidad alternativa que reflejara el paisaje suburbano de California. Así comenzó a crear objetos con cuentas de vidrio (mostacillas), y ésta es su primera obra, en la que trabajó durante 5 años. Los objetos están realizados con papel maché y madera, revestidos con cuentas de colores: la nevera, el horno, la mesa con el desayuno, los platos acumulados de la noche anterior, es todo detalle.

El empleo de un material poco frecuente en el arte nos sorprende, y con su obra nos hace una llamada de atención sobre el papel de la mujer en su, no pocas veces, minusvalorada tarea doméstica.

Curiosa la obra de Liza Lou y muy acertado su mensaje, ¡cuántas veces no se aprecia el trabajo doméstico de la mujer!






viernes, 19 de septiembre de 2008

Flor de calabacín frita




Flor de calabacín


El calabacín se presta a muchas preparaciones, pero nunca había visto que con sus flores se elaboraran deliciosas recetas. Como ésta, que emitieron en Canal Cocina, realizada por el cocinero Jamie Oliver. Espero que os guste.

Ingredientes

Flores de calabacín, queso ricotta, pimienta, queso parmesano, ralladura de limón, menta, nuez moscada, una guindilla fresca (al gusto), aceite y sal.


Preparación del relleno

Se mezcla el queso ricotta con sal, pimienta y queso parmesano, se añade un poco de ralladura de limón, menta (combina muy bien con el calabacín), y guindilla fresca (se quitan las semillas y se pica muy fina), por último agregamos un poco de nuez moscada, que le viene muy bien a los quesos, y un poco de aceite. Se mezcla todo, y ya tenemos el relleno preparado.
Se abren las flores de calabacín (se quita el tallito porque es algo amargo), se rellenan con la crema y se cierran. Si no tenemos a mano una manga pastelera podemos utilizar una bolsita de plástico con un corte. Se fríen en abundante aceite muy caliente y ¡listas!

Si nos sobra crema podemos hacer bolitas y las freímos rebozadas. Para la pasta utilizaremos: 200 g. de harina con levadura, vino blanco y sal (la textura debe quedar como para las tortitas, (para comprobarlo introducimos el dedo en la pasta , si se cubre y gotea, está lista).
Se fríen y se acompañan con las flores.

Podemos añadir también caléndulas fritas, pues parece ser que resultan muy sabrosas. Se presenta todo junto y se rocía con limón.
Una receta muy original, la única dificultad será encontrar las flores, aunque los que tengáis huerto lo tenéis más fácil.





jueves, 11 de septiembre de 2008

Música en el recuerdo: "E la nave va", de Fellini







Una bella escena de la película "E la nave va" de Federico Fellini (1983), y la música para recordar una etapa feliz...y la nave sigue...

El tema es de Franz Schubert, Momento musical nº3 en Fa menor del Op.94 D780, preciosos recuerdos y bellísima melodía.










miércoles, 10 de septiembre de 2008

El bodegón: luminosa sencillez de Isabel Guerra





Saciará la sed de los humildes



Frutos de la sencillez



Esplendor de lo cotidiano



Se acabaron las vacaciones, de nuevo a lo cotidiano. Comienzo con la figura de una pintora fascinante, como es Isabel Guerra, monja cisterciense del Monasterio de Santa Lucía, en Zaragoza. 

Pintora hiperrealista, une la figura femenina a los objetos cotidianos con increíble maestría. Luz, serenidad, armonía, belleza, religiosidad, todo ello se desprende de su obra. La pintura religiosa cobra, de nuevo, protagonismo con Isabel Guerra, pues sus bodegones siguen la línea ya iniciada por Francisco de Zurbarán y Sánchez Cotán, impregnados de espiritualidad. 

En la mayoría de sus obras, representa la figura femenina, sólo una pequeña muestra podemos considerarla como perteneciente al "género bodegón", de la que os ofrezco "Frutos de la sencillez", "Esplendor de lo cotidiano" y "Frutos de luz y de esperanza".


Me encanta cómo refleja el cristal, y el título de sus obras, impregnadas de poesía y luz..
Sin duda, nos encontramos con una artista genial.
Merece la pena contemplar, ¿qué os transmite?


 

Frutos de luz y de esperanza



Elevación de la simplicidad



Ven en ayuda de mi soledad



Meditar tus maravillas




El símbolo de la Luz en las cosas pequeñas


Los objetos cotidianos son fuente de luz en su pintura.
En su obra, El libro de la paz interior, pinturas y mensajes, escribe esta preciosa reflexión:

"Abramos los ojos del corazón para percibir la luz que se manifiesta en la sobriedad de la sencillez".


La profundidad de lo sencillo.



Para ver otras obras de esta extraordinaria pintora 







miércoles, 16 de julio de 2008

Paladear el reposo: mermelada y salsa de grosellas


 
 
 
 

Descansaremos durante las vacaciones, es bueno paladear el reposo y olvidarnos de las prisas. Mis grosellas, frambuesas y arándanos espero que estén en todo su esplendor. Cuando regrese, subiré fotos de estos frutos. Se consumen poco y tienen cantidad de vitaminas y minerales y, además, son preciosos.

Esta mermelada, elaborada con grosellas, es deliciosa e ideal para acompañar muchos platos, como magret de pato, paté y todo tipo de carnes, sobre todo, pavo y cerdo. Los postres también son muy apropiados, en especial el yogur.
 
 
Ingredientes principales

1/2 Kg de grosellas
1/2 Kg de azúcar 
Una copa de Jerez

Preparación

Se coloca la fruta en un bol a macerar con el azúcar durante un día. 
Se pone esta mezcla en fuego suave, hasta que las grosellas se ablanden. Se revuelve con cuchara de madera. 
Colamos la preparación en un colador de agujeros muy finos. 
Una vez colada, se vuelve a poner en el fuego bajo; se revuelve con una cuchara de madera, hasta que se solidifique. 
Comprobamos la solidificación, sacando un poco de mermelada con una cuchara, la volcamos en un plato y miramos, después de un tiempo, si se endureció o no (no tiene que quedar dura, sino más bien gelatinosa). 
Cuando veamos que se empieza a solidificar, apagamos el fuego. 
Los frascos deben estar limpios. 
Los llenamos de agua caliente y cuando la mermelada esté lista, tiramos el agua caliente de los frascos y vertemos la mermelada (esto evita que la mermelada sufra el cambio de temperatura). 
Cerramos los frascos rápidamente y los damos vuelta para que se vaya el aire. Los dejamos así un tiempo y los ponemos en sentido correcto.



Una receta fácil y deliciosa



 
Pollo macerado con salsa de grosellas
Autora: Eva Arguiñano


 
Ingredientes
 
1 pollo 
200 g de grosellas 
4 dientes de ajo 
1 punta de guindilla 
hojas de lechugas variadas 
1 cucharadita de harina de maíz 
150 ml de vino blanco 
vinagre 
agua 
aceite de oliva 
sal 
especias (tomillo, orégano)

 
Preparación
 
Para la salsa, deshuesa el pollo y reserva las pechugas y los muslos por un lado y la carcasa por otro. Trocea la carcasa y dórala en una cazuela con un chorrito de aceite. Añade las grosellas, rehoga y vierte agua hasta que cubra todo. Deja reducir y cuela. Para espesar la salsa, ponla de nuevo en un cazo al fuego y lígala con la harina de maíz diluida en agua fría.

Para el majado, pon los dientes de ajo en un mortero y machácalos. Sazona, agrega una pizca de tomillo, un poco de orégano y la punta de la guindilla y sigue majando. Vierte un chorrito de aceite y machaca hasta hacer una pasta. Incorpora el vino blanco y mezcla bien.

Pon las pechugas y los muslos en una fuente amplia y salsea por encima con el majado. Tapa con un trozo de papel transparente y deja macerar durante una hora. Escurre y dora el pollo en una sartén con un poco de aceite. Retira y sazona.

Aliña las hojas de lechugas con sal, vinagre y aceite. Sirve las pechugas y los muslos de pollo macerados sobre la ensalada. Salsea por encima con la salsa de grosellas.
Otra forma de preparar la salsa de grosellas:

1. Poner en un cazo 200 g de grosellas con 1 dl y 1/2 de vino tinto. Cocerlo a fuego lento hasta que estén blandas.

2. Hacerlas puré, añadir 50 g de azúcar, disolver 1 cucharadita de Maizena en agua y añadirlo a la mezcla. Darle un hervor suave.


¡Hasta pronto!



 

miércoles, 9 de julio de 2008

Baltasar de Alcázar y berenjenas con queso





Berenjena, Charles Demuth

 


La berenjena aparece en un poema de Baltasar de Alcázar, poeta sevillano del siglo XVI (1530-1606), que destaca por sus composiciones gastronómicas, en un tono festivo, burlón y jocoso, como ésta en la que menciona a las berenjenas con queso:


PRESO DE AMORES

Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón
la bella Inés, el jamón
y berenjenas con queso.
Esta Inés (amantes) es
quien tuvo en mí tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.

Trájome un año sin seso,
hasta que en una ocasión
me dió a merendar jamón
y berenjenas con queso.

Fue de Inés la primer palma
pero ya júzguese mal
entre todos ellos cúal
tiene más parte en mi alma.

En gusto, medida y peso
no le hallo distinción,
ya quiero Inés, ya jamón,
ya berenjenas con queso.
Alega Inés su beldad,
el jamón que es de Aracena,
el queso y la berenjena
la española antigüedad.
Y está tan fiel en el peso,
que juzgado sin pasión
todo es uno, Inés, jamón
y berenjenas con queso.
A lo menos este trato
de estos mis nuevos amores,
hará que Inés sus favores,
me los venda más barato.
Pues tendrá por contrapeso
si no hiciere razón,
una lonja de jamón






 

lunes, 7 de julio de 2008

La berenjena con miel




 
Charles Demuth



Una de las recetas con berenjenas más sorprendentes es la que que se prepara con miel, muy típica como aperitivo en Andalucía.


Ingredientes

1 berenjena
miel (se recomienda miel de caña), harina
aceite de oliva
sal

 
Preparación

Pelamos las berenjenas y las cortamos en dados. Las ponemos en un bol con agua y sal y las dejamos reposar 15 minutos. Escurrimos la berenjena y quitamos el exceso de humedad con un papel de cocina. Colocamos de nuevo la berenjena sobre un papel de cocina y encima ponemos otro papel; presionamos ligeramente y retiramos los 2 papeles.
Enharinamos los trozos en un bol y movemos para que se les pegue el harina. Ponemos los trozos en un colador para quitar el exceso de harina.
Calentamos aceite en una sartén (bien caliente), y freímos los trozos de berenjena en tandas no muy numerosas, para que queden crujientes por fuera y blanditas por dentro. Colocamos en una fuente sobre papel de cocina y rociamos con un chorro de miel por encima.
¡Riquísimas!

La berenjena admite diversas preparaciones, si queréis anotar múltiples recetas en esta página las encontraréis.

 

 
 

domingo, 6 de julio de 2008

Berenjenas rellenas




Berenjenas rellenas, una receta fácil y sabrosa








 

La berenjena y el error de Sancho Panza



Don Quijote y Sancho Panza. Honoré Daumier


Las alusiones a los alimentos son muy numerosas en El Quijote.

Aparecen las berenjenas con motivo de un mal razonamiento y confusión de Sancho Panza, pues nombra a Cide Hamete Benengeli como Berenjena, lo que ha ocasionado muchas controversias sobre la verdadera identidad de éste morisco al que alude Sancho. No se sabe con certeza la identificación definitiva del supuesto autor árabe del manuscrito (en árabe) de Don Quijote de la Mancha.
 
Cide Hamete Benengeli es un personaje ficticio, un supuesto historiador musulmán creado por Cervantes en su novela.

Cervantes dice que fue este cide y no él, quien escribió gran parte del Quijote (desde el capítulo IX en adelante). La novela sería entonces la traducción de un texto más antiguo escrito en árabe que relataría unos hechos supuestamente verídicos.

 
 



Cervantes utiliza esta pirueta para dar más veracidad al texto:

Yo te aseguro Sancho -dijo don Quijote- que debe ser algún sabio encantador el autor de nuestra historia, que a los tales no se les encubre nada de lo que quieren escribir.
Y ¡cómo -dijo Sancho- si era sabio y encantador, pues (según dice el bachiller Sansón Carrasco, que así se llama el que dicho tengo) que el autor de la historia se llama Cide Hamete Berenjena!.

Ese nombre es de moro- respondió don Quijote.
Así será -respondió Sancho- porque por la mayor parte he oído decir que los moros son amigos de berenjenas.
 
Don Quijote de la Mancha (Parte II, Cap. 2)

 
 
 
 

La berenjena: un alimento sano






La berenjena proviene de la región de Assam y Birmania, donde ya se conocía desde hace más de 400 años, no obstante hay quien sitúa su origen en la India. Fue traída por las grandes caravanas árabes, y pronto llegó al Norte de África, donde la adoptaron los pueblos mediterráneos y de ahí llegó a Europa en la Edad Media por la invasión árabe del siglo VIII. En la Edad Moderna los españoles la introdujeron en América en el tiempo de la colonización. Un recorrido largo, Asia, África, Europa y América.

Parece que no tenemos suerte con las verduras y hortalizas porque, al igual que hemos visto con el tomate y la alcachofa, también la berenjena fue considerada, en principio, como no apta para el consumo.




Los médicos europeos la creían culpable de provocar fiebres y crisis epilépticas, así la denominaron Solanum Insanum, es decir insana, y causante de locura.

En el siglo XVIII el botánico y naturalista Linneo cambió su clasificación y la denominó Solanum Melongena, que significa manzana mala pero sedante, y hasta el siglo XIX no aparece en los libros de cocina. Parece increíble la tardanza en introducir un alimento en nuestra dieta. Hoy en día se consume, por suerte, en todos los continentes.

Casa muy bien con el tomate, el pimiento, calabacín, el buey y el cordero. Admite también el ajo y le gusta mucho el aceite, por lo que hay que tener cuidado si las freímos.

Hoy sabemos de sus propiedades y podemos considerarla como un alimento sano, pues es buena como laxante, diurética, tonificante, digestiva, anticancerígena, reduce el colesterol malo y se aconseja para evitar el insomnio.

 ¡Deliciosa!




 

sábado, 5 de julio de 2008

Simone Ortega: truchas al limón

 
 
 
 
"Yo no he provocado una revuelta gastronómica de masas, más bien lo contrario,
 he ayudado a elevar el nivel en las cocinas de las familias de este país".



 
El 2 de julio de 2008 fallecía en Madrid Simone Ortega, a la edad de 89 años, la reina de los fogones.
Nacida en Barcelona en 1919 se traslada con su familia a Madrid a los 9 años. Allí se casó, enviudó, y volvió a contraer nupcias con José Ortega Spottorno, hijo del filósofo y escritor José Ortega y Gasset.
 
Desde pequeña le gustaba arrimarse a la cocina, pero su abuela "sólo le dejaba hacer bizcochos, que era lo que nos estaba permitido a las niñas".
 
Su marido la anima a escribir un libro sobre cocina, y así nació "1080 recetas de cocina", su obra emblemática, considerado por muchos como el libro con más ejemplares repartidos por las casas de España, pues en la actualidad ya se prepara su quincuagésima edición.
Desde 1900 sólo cuatro libros de cocina han ejercido un impacto verdadero en nuestra sociedad: El Practicón, de Ángel Muro, La cocina completa, de María Mestayer de Echagüe, el Manual de cocina de la Sección Femenina y, desde 1972 el libro "1080 recetas de cocina", de Simone Ortega, con más de tres millones de ejemplares vendidos.

 ¿El secreto de su éxito?, como ella misma afirmó:

 "Creo, sinceramente, que nuestras obras tienen éxito porque son claras". 

(Fuente: Diario El Mundo, con motivo de la publicación de DVD Cocinar con Inés y Simone Ortega).



Perteneció a la Cofradía Española de la Buena Mesa, fue Premio Especial de Gastronomía en 1987, y Caballero de las Artes y las Letras de la República Fancesa en 2003.
 
 
 
 

La recordaremos con una de sus recetas con truchas, tomada de un antiguo recetario de su abuela (receta original):

TRUCHAS AL LIMÓN

 
Ingredientes

 3 limones, harina, perejil y sal.
 
Preparación
 
Escurridas pasarlas por harina (sazonadas), freírlas 10 minutos. Mezclar 2 cucharadas de perejil picado, la ralladura de un limón y el zumo de 2. Rociar las truchas y cocerlas unos minutos.
Decorar con rodajas de limón y ramas de perejil.

 
  




viernes, 4 de julio de 2008

La leyenda del motín de la trucha







Vamos a relatar la rebelión que se produjo en tierras zamoranas en el siglo XII.
 
Se considera una leyenda, pero refleja una realidad política, una cadena de amotinamientos del pueblo contra los nobles durante esta época medieval.
 
La leyenda dice así:

El Rey Fernando I, mediante un fuero, instaura que los bienes comunales, la justicia y el orden de la ciudad, quedaban en manos de hombres elegidos por el pueblo, a lo que se oponían los nobles. Benito el Pellitero, plebeyo, se convierte en líder en la defensa del pueblo. Benito regenta un pequeño negocio de pieles que comparte con su hijo Pedro. Pedro estaba enamorado de una joven hidalga, Inés, hija del hidalgo Don Gómez Álvarez de Vizcaya, el cual menospreciaba a los plebeyos. Benito recomendaba a su hijo que no pretendiera a Inés, pues pertenecían a distinto estamento social.
 
Una de las injusticias que el pueblo no aceptaba era que los criados, los despenseros de los nobles, podían comprar en el mercado hasta las 9 de la mañana, hora en que sonaba una campana y los plebeyos podían entrar en el mercado para poder comprar lo que los despenseros habían dejado.


 
Trucha sanabresa


Pues bien, en el invierno del año 1158, Pedro, guardando las normas descritas, se dirige a las 9 de la mañana al puesto de un pescadero amigo suyo, que le ofrece una magnífica trucha sanabresa. En este momento, aparece el despensero de Don Gómez Álvarez exigiendo, aunque fuera de hora, la trucha para su señor. Comienza una discusión y el criado, además, se burla de las pretensiones de Pedro sobre su ama. Pedro pierde la razón y clava una daga en el corazón del criado. El pueblo se acalora y levanta en hombros a Pedro por haberse atrevido a poner justicia frente a los nobles.
 
Don Gómez Álvarez se entera de los hechos y da cuenta al Justicia Mayor pidiendo venganza. Fueron arrestados Pedro y los que le alzaban en hombros. Al día siguiente, en la Iglesia de San Román (hoy Santa María la Nueva), se celebraba el consejo de hidalgos, presidido por Don Ponce de Cabrera, y los nobles piden que se corten los derechos que el fuero del Rey otorgaba a los plebeyos. El pueblo, al saber las decisiones del consejo, rodea la Iglesia y la quema con todos los nobles dentro. Sólo Ponce de Cabrera pudo huir, pero la muchedumbre le dio muerte. Queman también la cárcel y liberan a los hombres apresados por los nobles, entre ellos Pedro. El motín se expande y llega a la casa de Don Gómez Álvarez de Vizcaya, a la que prenden fuego. Inés pide ayuda desde un ventanal y Pedro entra a rescatarla. Ambos se salvan. Pedro, al ver lo que había sucedido, para expiar su culpa, decide renunciar a Inés, y ésta ingresa en la comunidad de las Dueñas.
 
El pueblo pide clemencia al Rey, que los perdona bajo dos condiciones: reedificar la Iglesia a su costa y acudir al Papa Alejandro III para que los impusiese penitencia.

 



 

Franz Schubert: "La trucha"


 


 
 
Quinteto para piano, violín, viola y violoncello, compuesto por Schubert cuando tenía 22 años.

Casi podemos ver a la trucha nadando en aguas cristalinas hasta que comienza a luchar para no ser pescada...
 
Maravillosa obra:

Año: 1969
Violín: Itzhak Perlman 
Viola: Pinchas Zukerman
Violonchelo: Jaqueline du Pré 
Contrabajo: Zubin Mehta
Piano: Daniel Barenboim
 
 
 

miércoles, 2 de julio de 2008

La trucha: una receta sabrosa




Gustave Courbet, La trucha

 
 
La trucha es el pescado de río más comercializado. Admite muchas preparaciones, cocidas, fritas, escabechadas, rellenas...
Se dice que como mejor resultan son fritas, doraditas y acompañadas de ensalada, o también enharinadas y fritas con una loncha de jamón o bacon dentro, crujientes.
En casa las preparamos, a veces, con una receta que parece ser que proviene de la zona de Nocedo (León), no lo sé bien, el caso es que están muy sabrosas:

Ingredientes (4 personas)
 
 4 truchas, harina, sal, 1 cebolla pequeña, aceite de oliva, vinagre, 5 lonchas de bacon.

Preparación
 
Se limpian las vísceras y se lavan las truchas con agua fría. Se secan bien. Enharinarlas y freírlas en una sartén con abundante aceite hasta que estén doradas por ambas partes. Se retiran de la sartén, se escurren del aceite y se colocan en una fuente. Picar la cebolla en láminas y el bacon en pequeños trozos. Añadir la cebolla a la sartén, y cuando esté transparente agregar el bacon. Dejar que se cocine unos minutos todo junto y añadirle una cucharada sopera de vinagre. Se vierte por encima de las truchas.

¡Deliciosas!


Si tenemos la suerte de  que las truchas sean de río, mucho mejor, el sabor es diferente, más sabroso (fritas o con jamón son, sin duda, la mejor preparación). Si son de piscifactoría esta receta resulta apetitosa.





 

martes, 24 de junio de 2008

Breve historia del tomate






Bodegón con caballas, limones y tomates. Vincent van Gogh


El tomate tiene su origen en tierras sudamericanas (existen diversas hipótesis sobre el lugar concreto, como Méjico, Perú...). Su nombre deriva de la palabra "tomatí", del nahuatí", idioma que hablaban los aztecas de América Central, parece que ellos lo utilizaban en siglos anteriores. 

El primer encuentro de los europeos con el tomate se produjo durante un viaje de Hernán Cortés en 1519, cuando adquirió algunas plantas de tomate en Méjico. 
Fue catalogado por el botánico Petrus Andreas Matthiolus en la primera mitad del siglo XVI como producto comestible, pero lo incluyó en la misma familia de la mandrágora, planta que era consideraba en esta época como tóxica, y aquí se inicia el rechazo del tomate. Hasta el siglo XVIII no se desmintió su toxicidad y se lo debemos al botánico Phillip Millar, que en su obra "Manual del jardinero" (1731) lo declara apto para el consumo. 

Es a partir de 1840 cuando se generalizó su uso en Europa, y hoy constituye un elemento fundamental en la dieta mediterránea en todo tipo de platos, pero sobre todo mencionaremos la exquisita salsa elaborada con tomates, presente en todas las cocinas con distintas variantes. Si el tomate nos llegó de América, la salsa de tomate proviene de Italia, ya que era un elemento indispensable para acompañar a la pasta. 







Variantes de salsa de tomate:

Lo más importante para que una salsa de tomate nos quede sabrosa, a decir de los expertos, es el tiempo de cocción y que los tomates estén maduros.


Salsa clásica de tomate
Ingredientes

1 Kg de tomates maduros, 3 cucharadas soperas de aceite (si es de oliva mejor), 1 cucharada pequeña de azúcar, 1 cebolla mediana, sal, albahaca (es la planta que mejor combina con el tomate), 1 diente de ajo (opcional).

Preparación

Se pone aceite en la sartén, la cebolla y el ajo y se dejan unos 4 minutos. Se añaden los tomates en pedazos quitando la simiente (algunos cocineros recomiendan que los tomates se introduzcan en agua hirviendo y después se pasen por agua fría antes de añadirlos). Se añaden el azúcar, sal y se deja cocer 20 minutos (se puede extender el tiempo de cocción a 40 minutos). A media cocción, se añade la albahaca fresca. Se pasa por el pasapurés para evitar que se vuelva de color naranja y se rectifica de sal si fuera necesario. ¡Lista para combinar con múltiples platos! 

Entre las variantes más destacadas están el añadir a la cocción un pimiento verde sin simiente y pimienta negra, que aportan un toque especial.

En Méjico, se utilizan los ingredientes de la receta clásica pero no se cuecen, se pican todos muy finamente y se añaden además cilantro (una ramita), chiles verdes frescos sin simiente (máximo tres) y comino molido (una cucharadita). Se tapa y se deja que se mezclen los sabores.

En Italia, una de las variantes más conocida es rallar los tomates muy finamente y mezclar junto con el ajo picado muy pequeño (tres dientes), sal y orégano.

En la Provenza, se utiliza perejil y se añaden alcaparras.


En fin, admite muchas posibilidades y resulta siempre deliciosa. 


Oda al tomate (Pablo Neruda)

 
 


Bodegón con pepinos y tomates. Luis Meléndez



La calle se llenó de tomates,
mediodía, verano,
la luz se parte en dos mitades de tomates,
corre por las calles el jugo.
En diciembre
se desata el tomate,
invade las cocinas,
entra por los almuerzos [...]
Tiene luz propia,
majestad benigna.
Debemos, por desgracia,
asesinarlo:
se hunde el cuchillo en su pulpa viviente,
es una roja víscera,
un sol fresco, profundo, inagotable,
llena las ensaladas de Chile,
se casa alegremente con la cebolla,
y para celebrarlo se deja caer aceite,
hijo esencial del olivo,
sobre sus hemisferios entreabiertos,
agrega la pimienta su fragancia,,
la sal su magnetismo:
son las bodas del día,
el perejil levanta banderines,
las papas hierven vigorosamente,
el asado golpea con su aroma en la puerta,
es hora! vamos!,
y sobre la mesa, en la cintura del verano, el tomate,
astro de tierra, estrella repetida y fecunda,
nos muestra sus circunvoluciones,
sus canales,
la insigne plenitud y la abundancia sin hueso,
sin coraza,
sin escamas ni espinas,
nos entrega el regalo de su color fogoso,
y la totalidad de su frescura


Pablo Neruda (Odas elementales)





 

domingo, 22 de junio de 2008

Luis Melédez, el gran bodegonista del siglo XVIII español





Bodegón con tomates, berenjenas y cuenco



Luis Meléndez (1716-1780) es uno de los principales pintores del siglo XVIII dedicados al género del bodegón. Nació en Nápoles en una familia de artistas españoles. Su padre, Francisco Antonio Meléndez, fue pintor de cámara del rey Felipe V, y se trasladó a Nápoles con toda su familia hasta que su hijo cumplió un año de edad. Cuando regresa a España, se instala en Madrid y Luis inicia sus estudios de pintura, primero junto a su padre, y después asistiendo a clases en la Junta Preparatoria de la Real Academia de Bellas Artes. En estos momentos, la Academia de Bellas Artes aún no existía, y su padre fue uno de los responsables de su creación. Debido a las continuas desavenencias con sus compañeros se retira del proyecto, lo que repercute en su hijo Luis, que fue expulsado de la Academia. 




Bodegón con ciruelas, brevas y pan
Museo del Prado



Trabajó como ayudante de su padre realizando miniaturas para joyas y fue discípulo del pintor Louis-Michel van Loo. Marcha a Italia y a su vuelta a Madrid en 1753 trabaja como miniarista por encargo de Fernando VI. Durante el reinado de Carlos III realizó una serie de encargos para el Príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV, entre los que destaca la serie del Gabinete de Historia Natural que, siguiendo el espíritu de la Ilustración, debía "componer un divertido Gavinete con toda la especie de comestibles que el clima español produce..." Pese a todo, nunca llegó a alcanzar un puesto en la Corte, hecho que le frustró toda su vida.




Bodegón con frutas y un jarro 
Museo de Bellas Artes de Bilbao 



Posteriormente, se especializa en bodegones, género al que dedicó la mayor parte de su producción. Llegó a pintar un centenar de ellos (El Museo de Prado posee un relevante conjunto de sus obras). Se convierte en el mayor bodegonista del siglo XVIII español. 

Para la Academia la pintura de bodegones constituía el último peldaño del escalafón de los temas pintables; el grado al que no debía descenderse nunca, salvo ocasionalmente. En uno de sus bodegones y seguramente como protesta por esta afirmación firmó con todo su nombre, Luis Egidio Meléndez de Rivera Durazo y Santo Padre. 

Murió, como aparece en su testamento," pobre de solemnidad". 
Una carrera frustrada en vida, pero su obra ha pasado a la posteridad... 

Sus bodegones destacan por su minuciosidad, son sobrios, gran preocupación por la luz, expresividad del color y belleza del dibujo. Son la muestra más viva de los alimentos del siglo XVIII en España. Hoy es considerado, junto a Juan Sánchez Cotán, Juan van der Hamen y Antonio de Pereda, uno de los grandes pintores del género del Bodegón en España. 

Bien merece ser reconocido. 







sábado, 21 de junio de 2008

Salsa con albahaca

 
 
 
 
 
 
 
Este vídeo nos ayuda a preparar la salsa más importante elaborada con albahaca, el pesto italiano, ideal para acompañar la pasta y...

 
 

 
 

viernes, 20 de junio de 2008

La albahaquera




Albahaquera. Cerámica de Manises (Valencia),
 siglos XVIII-XIX



El orígen de la población de Manises data de la época de los musulmanes; aquí se creó un centro cerámico que, tras su conquista, fue donado por el rey Jaime II de Aragón a Artal de Luna, cuya familia continúo con la posesión hasta finales del siglo XIII en que pasó a poder de Pere Boil, mayordomo y tesorero de Jaime II. El señorío de Boil introdujo la cerámica dorada importada de los musulmanes andaluces, en especial de Málaga. Así se desarrolló la cerámica que se exportó a toda Europa. Los utensilios de uso doméstico fueron numerosos como jarrones, ánforas, platos, bandejas, vinagreras, compoteras, botijos, copas, cestas, jarras ... 
Me ha llamado la atención la utilización de un recipiente exclusivo para guardar la planta aromática de la albahaca, llamado albahaquera o alfabeguer, seguramente utilizada para aromatizar o como componente culinario.
 
La albahaca es una planta de origen oriental (India), que introdujeron en Europa los griegos y luego los romanos. Es de las más usadas en la cocina mediterránea. Combina muy bien con el orégano, tomillo y ajo, y es adecuada para acompañar patatas, pollo, conejo, ensaladas, tomate, berengena, calabacín, e ingrediente fundamental en la famosa salsa italiana "pesto".

 


miércoles, 18 de junio de 2008

Morcilla con cebolla confitada





 Atando morcillas. Alimentos.
Azulejos de cerámica de Manises (siglo XVIII)
"La Cerámica Valenciana de José Gimeno".


 
Según el etnógrafo Joaquín Alonso y siguiendo a Platón (referencia recogida del Mithaicos 428 a.C.), fue un invento del griego Aftónitas, y resultó ser uno de los grandes hallazgos del arte culinario para el aprovechamiento del cerdo.
Las variedades de morcilla son muy diversas, en León se elabora con sangre y grasa de cerdo a los que se añaden cantidades elevadas de cebolla, por ello también se la conoce como morcilla de cebolla.

Un picho de morcilla exquisito es el que se acompaña con cebolla confitada. Se corta la morcilla en rodajas, se fríe y se pone encima de la cebolla confitada.
 
 
Para confitar la cebolla
 
Se parte la cebolla en tiras finas. En una sartén en aceite de oliva se fríe a fuego lento, hasta que quede transparente, sin dorarse. Añadir azúcar (dos cucharadas), y un poco de agua, si es necesario. Poner a fuego lento hasta que caramelicen.

La morcilla es un embutido elaborado con distintos componentes.
 
 
 
 

Oda a la cebolla





Bodegón con cebollas. Paul Cézanne



Cebolla
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío [...]
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla del astro
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligirnos


Pablo Neruda (Odas elementales)






lunes, 16 de junio de 2008

Deliciosa receta con alcachofas




Archivo: Blas de Ledesma-esparragos alcachofas limones cerezas.jpg
Bodegón con espárragos, alcachofas, limones y cerezas, Blas de Ledesma


Esta receta la hemos cocinado siempre en casa: mi abuela, mi madre, mi tía... nos enseñaron a degustar esta exquisita verdura.

 
Ingredientes
 
4 alcachofas grandes (compactas), un limón, 1 diente de ajo (dos si os gusta), una cucharada sopera de harina, aceite de oliva virgen y sal.
 
Preparación

Limpiar las alcachofas y desechar las primeras hojas sin llegar al corazón. Se cortan por ambos extremos y se ponen a cocer en una cazuela con un poco de agua, cubriendo aproximadamente por la mitad de la alcachofa. Se añade el zumo de un limón. Salar. Se dejan cocer al gusto, a fuego lento, para que estén enteras pero blanditas.
 
Echar aceite en una sartén con el ajo muy picado, y una vez dorado se pone la cucharada de harina. Se remueve con cuchara de madera y se vierte sobre las alcachofas. Dejar cocer un poco para que ligue la salsa y ¡listas! 
 
Si la salsa os queda aguada, añadid un poco de Maizena diluida en agua para que espese.
Se sirven en una fuente con la salsa por encima.
Deliciosas.

Si vais tomando de una en una las hojas, podréis saborear su carne jugosa y fina hasta llegar al corazón, pero antes las hojas... os lo recomiendo.

 
 
 

jueves, 12 de junio de 2008

La alcachofa: su origen





Bodegón con frutas. Louise Moillon (1637)
Museo Thyssen Bornemisza



Esta planta (o los cardos de los que procede ) podría ser originaria de Egipto o del Norte de África. La planta denominada Cynara ya era conocida por griegos y romanos. Al parecer se le otorgaban poderes afrodisíacos y toma su nombre de una muchacha seducida por Zeus, y después transformada por este en alcachofa.

Durante la Edad Media no se conocía la alcachofa, y se piensa que en esta época, del cultivo sucesivo de los cardos, los horticultores poco a poco los transformaron hasta conseguirla. Ya era consumida en la Italia del siglo XV. Venida de Sicilia, aparece en la Toscana hacia 1466.

Los historiadores gastronómicos vinculan la alcachofa con Catalina de Médicis y, por tanto, con el Cinquecento.


La llegada de Catalina di Medici a la corte francesa supuso el enriquecimiento de la cocina francesa. Cuentan las crónicas que con Catalina viajaron al país galo cocineros y someliers elegidos de entre los más famosos de Italia, ya que por su educación Catalina era amante de la buena mesa. Cuentan que con su llegada se introdujeron en Francia los famosos sorbetes italianos y, cómo no, sus famosas pastas.

A lo largo de la historia han sido los mismos cocineros franceses, por ejemplo Antonin Carême, los primeros en admitir la gran influencia de la reina Catalina di Medici en la gastronomía francesa. Con su llegada a Francia con motivo de su boda con Enrique de Valois, llegaron también un gran número de cocineros que, por los elementos y condimentos que utilizados, enriquecieron la cocina francesa.

Cuentan las crónicas que el cultivo de la alcachofa, introducido en Italia a finales del siglo XV, fue reintroducido en Francia en el siglo XVI gracias a la reina Catalina di Medici. Eso si, la elaboración fue totalmente novedosa, resultando un plato al que los franceses llamaron beatilles.
Este plato, considerado un manjar, se componía de fondos de alcachofa con mollejas de ternera, riñones y crestas de gallo que, unas veces se servían conjuntamente, y otras se presentaban con los fondos de alcachofas aparte y las distintas carnes en forma de patés. Según un cronista de la época este plato era considerado un afrodisíaco, y cuentan además que Catalina era famosa por comer de este manjar hasta casi reventar.






Pero en la España de Al-Andalus, ya se distinguían diversas variedades, y debía ser alimento preciado en nuestra Península desde el principio de la colonización romana. Durante el Renacimiento, llegó a ser considerada pecaminosa debido a sus propiedades afrodisíacas. 


En el Roman de Antoine Furetiere, escrito en 1666, se advierte: 


"... si alguna de ustedes hubiere comido alcachofa, sería señalada con el dedo..."


Los colonos españoles y franceses afincados América la introdujeron en este continente.


Su simbología la considera como una flor espinosa, de color violeta, y en cuyo interior se esconde un cáliz, el llamado corazón de la alcachofa.
Lo cierto es que es exquisita, ofrecemos algunas recetas...